¡Existe una Segunda Oportunidad¡¡¡
Este escrito será breve y trata sobre las “oportunidades”
que nos vuelve a dar la vida.
¿Recuerda Ud. alguna situación en la que sintió
que se equivocó o creyó que se equivocó? Tenga Ud. en mente las más diversas
situaciones que haya pasado en su vida y ubique aquella en la que se llevó las
manos hacia su rostro y de ahí hacia atrás por su cabello, el cuello y de nuevo
hacia la cara con la manos en posición de oración delante de su nariz. Eso
habrá sido intenso, sentir que nos equivocamos con aquella persona: amigo(a),
compañero(a) de trabajo, hermano(a), enamorado(a), novio(a), esposo(a), etc.
Volvimos a casa y rabiamos por todos lados por aquella dualidad de sentir que era culpa de la otra persona o culpa de
nosotros. Y es que siempre la soledad de
una habitación no es buena consejera los primeros días. Felizmente con un poco de
tranquilidad, respiración profunda y las acertadas palabras de un amigo sabio o
simplemente de un amigo con sentido común, se va dando forma correcta a nuestro
sentir. ¿Qué hacemos luego de la reflexión? Miramos al cielo y pedimos perdón,
disculpas, o sencillamente confesamos que nos equivocamos. Ahí viene la primera
reconciliación. Luego, si su sentir es verdadero, pida Ud. una “oportunidad”.
Esta aparecerá y le aseguro que aparecerá:
volverá a ver a aquella persona y entonces Ud. solo tendrá que pedir disculpas,
disculpas sin bajar la mirada y sin humillaciones, ya que de por sí el pedir
disculpas es nobleza. ¿Y la respuesta de la otra persona? Bueno, aquí hay
múltiples opciones:
a.
Una es que nos digan “gracias por tu sinceridad y honestidad al ofrecerme tus disculpas, las
acepto”.
b.
Otra respuesta es: “no tengo nada de que disculparte, pero si lo quieres hacer, es cosa
tuya”….
c.
Otra sería…..No, no habría respuesta verbal, pero
sí de sus actitudes: simplemente habrán personas que se darán la vuelta, te
dejarán con la palabra y se marcharán.
¿Cómo leemos esto? Veamos:
·
Si te encuentras con personas de la respuesta a), entonces te
darás cuenta que hay “MADUREZ” de parte de ellos y “RESPETO” hacia tu gesto, hacia tu persona.
·
Si las personas te responden con la opción
b), de seguro que son como niños, niños resentidos,
emocionalmente inmaduros aún en sus emociones.
·
Pero si te encuentras con personas de la opción
c), entonces solo déjalos así, el Universo tiene tanta justicia que sabe que
toda “causa” originará su propio “efecto”; es sólo cuestión de tiempo que
la vida misma les pase factura. Y no se
trata de una maldición o de desear el mal, no; se trata simplemente de una ley
universal: causa y efecto.
A nosotros nos corresponde ir expresando
emociones positivas ya que como dice mi amigo Kolie, no puede surgir nada bueno de la emoción constante de celos, envidia,
MIEDO o cualquier otra emoción negativa. La verdad, muchas personas se las
pasan expresando emociones negativas a causa de algo que alguien les hizo, es
decir, se sienten víctimas. ¿Qué resulta de esto?, pues solo circunstancias
negativas. Es tan fácil darse cuenta que los resultados positivos de la vida no pueden provenir de emociones
negativas del corazón.
Así que amigos míos, si nos equivocamos,
pidamos disculpas, seamos honestos y NO TENGAMOS MIEDO.
No pidamos la luna (como dice una canción),
pidamos MADUREZ.
Un amigo:
José Antonio Chumacero Calle.
Si pues hay que aceptarlo
ResponderEliminarSolo recordarte algo Isabel: los resultados positivos de la vida no pueden provenir de emociones negativas del corazón. 15 años después...que grata sorpresa.
ResponderEliminarLos años pasan y sigo aprendiendo de usted
EliminarGracias amigo
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