domingo, 17 de mayo de 2015

Una Segunda Oportunidad...

¡Existe una Segunda Oportunidad¡¡¡

Este escrito será breve y trata sobre las “oportunidades” que nos vuelve a dar la vida.

¿Recuerda Ud. alguna situación en la que sintió que se equivocó o creyó que se equivocó? Tenga Ud. en mente las más diversas situaciones que haya pasado en su vida y ubique aquella en la que se llevó las manos hacia su rostro y de ahí hacia atrás por su cabello, el cuello y de nuevo hacia la cara con la manos en posición de oración delante de su nariz. Eso habrá sido intenso, sentir que nos equivocamos con aquella persona: amigo(a), compañero(a) de trabajo, hermano(a), enamorado(a), novio(a), esposo(a), etc. Volvimos a casa y rabiamos por todos lados por aquella dualidad de sentir  que era culpa de la otra persona o culpa de nosotros. Y es que siempre  la soledad de una habitación no es buena consejera los primeros días. Felizmente con un poco de tranquilidad, respiración profunda y las acertadas palabras de un amigo sabio o simplemente de un amigo con sentido común, se va dando forma correcta a nuestro sentir. ¿Qué hacemos luego de la reflexión? Miramos al cielo y pedimos perdón, disculpas, o sencillamente confesamos que nos equivocamos. Ahí viene la primera reconciliación. Luego, si su sentir es verdadero, pida Ud. una “oportunidad”. Esta aparecerá y le aseguro que  aparecerá: volverá a ver a aquella persona y entonces Ud. solo tendrá que pedir disculpas, disculpas sin bajar la mirada y sin humillaciones, ya que de por sí el pedir disculpas es nobleza. ¿Y la respuesta de la otra persona? Bueno, aquí hay múltiples opciones:

a.      Una es que nos digan “gracias por tu sinceridad y honestidad al ofrecerme tus disculpas, las acepto”.
b.      Otra respuesta es: “no tengo nada de que disculparte, pero si lo quieres hacer, es cosa tuya”….
c.       Otra sería…..No, no habría respuesta verbal, pero sí de sus actitudes: simplemente habrán personas que se darán la vuelta, te dejarán con la palabra y se marcharán.

¿Cómo leemos esto? Veamos:
·         Si te encuentras  con personas de la respuesta a), entonces te darás cuenta que hay “MADUREZ” de parte de ellos y  “RESPETO” hacia tu gesto, hacia tu persona.
·         Si las personas te responden con la opción b),  de seguro que son  como niños, niños resentidos, emocionalmente inmaduros aún en sus emociones.
·         Pero si te encuentras con personas de la opción c), entonces solo déjalos así, el Universo tiene tanta justicia que sabe que toda “causa” originará su propio “efecto”; es sólo cuestión de tiempo que la  vida misma les pase factura. Y no se trata de una maldición o de desear el mal, no; se trata simplemente de una ley universal: causa y efecto.

 A nosotros nos corresponde ir expresando emociones positivas ya que como dice mi amigo Kolie, no puede surgir nada bueno de la emoción constante de celos, envidia, MIEDO o cualquier otra emoción negativa. La verdad, muchas personas se las pasan expresando emociones negativas a causa de algo que alguien les hizo, es decir, se sienten víctimas. ¿Qué resulta de esto?, pues solo circunstancias negativas. Es tan fácil darse cuenta que los resultados positivos de la vida no pueden provenir de emociones negativas del corazón.

Así que amigos míos, si nos equivocamos, pidamos disculpas, seamos honestos y NO TENGAMOS MIEDO. 

No pidamos la luna (como dice una canción), pidamos MADUREZ.

Un amigo:
José Antonio Chumacero Calle.

5 comentarios:

  1. Solo recordarte algo Isabel: los resultados positivos de la vida no pueden provenir de emociones negativas del corazón. 15 años después...que grata sorpresa.

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